Haced que el sol siempre sea para vosotros como el más auténtico representante de la Divinidad. ¿Por qué hay personas que encuentran normal ir a las iglesias o a los templos a inclinarse, arrodillarse y rezar ante imágenes, cruces o estatuas, consideran que es anormal contemplar el sol? ¿Cómo imaginarse que recibirán más luz o consuelo encerrándose entre paredes, en medio de objetos de metal o de madera, que ir por la mañana a la naturaleza y dirigirse al sol surgido de las manos de Dios, deslumbrante y lleno de vida? Si queréis ir a rezar a las iglesias podéis hacerlo, pero sabed que es el sol el que, gracias a su luz y a su calor, os enseñará a vivir la vida divina.
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