Cuando el amor te llame, síguelo.
Aunque su camino sea arduo y penoso.
Y cuando sus alas te envuelven, entrégate.
Aunque la espada, entre ellas disimula, te lastimara.
Y cuando te hable, cree en él.
Aunque su voz desgarre tus sueños,
como el viento del norte agosta el jardín.
Porque así como el amor te enaltece, así te crucifica.
Así como te acrece, así te poda.
Así como te eleva a lo más alto,
y acaricia tus ramas más tiernas,
que palpitan bajo el sol,
así descenderá hasta tus raíces
y las conmoverá en un abrazo con la tierra.
Todo esto hará el amor en ti,
para que puedas entender los secretos de tu corazón.
Y convertirte, por ese entendimiento,
en un fragmento del corazón de la vida.