Reconoce tu luz y tu sombra.
No te resistas. Mira tu oscuridad a los ojos, enfréntala y acéptala.
Puedes quedarte en la comodidad de lo conocido, sin embargo, se presentará, una y otra vez, buscando reconocimiento y comprensión.
Sólo cuando así procedas, habrá espacio para lo nuevo.
Que no te invada el miedo, cuando finalmente empiece el proceso de parto, puedes resistirte o acompañarlo.
Recuerda, tus guías espirituales, están a la espera de que acciones; al hacerlo, tienes toda su contención y ayuda en el proceso. Eres amada, sólo por Ser.
Nunca estás sola. Multitud de Seres del Cielo te asisten para alivianar el viaje.
Lo que transites, va a ser aquello que puedas afrontar.
Alinéate con el flujo interior de tus sentimientos, para que el recorrido sea más fácil y apacible.
Siente lo que realmente está ocurriendo dentro tuyo.
Siente su verdad y verás cómo se refleja en tu realidad externa.
Y así, aceptándola y con ello, la diversidad, enamórate de ti misma, ¡así, con esa disparidad!
Tú lo vales, ¡así, con esa totalidad!
A nadie tienes cuentas que rendir. ¡Disfruta esa libertad!
Párate en tu sí mismo. Dale permiso a tu Luz.
Eres única, irrepetible, bella, Divina. Recuérdalo, reconócelo. Ámate, hónrate y honrarás la vida.
|