Que se alcen mis letras cual gaviotas
sobre el mar entumecido y en calma
evocando sentimientos que reposan
en el álgida morada de mi canto.
Esta lágrima que moja mi mejilla
desaliento que anhela tu presencia
solo un manto de memorias a la orilla
de ese puerto que sucumbe en horizonte.
Encallaron ya los barcos de alegrías
muy adentro de ese mar azul profundo
a mi puerto van llegado de rodillas
taciturnos los recuerdos de las glorias.
Decrépito aquel cielo que atestigua
del ocaso las historias amorosas
la omisión del amor jurado eterno
perdido en las bahías silenciosas.
Atracar allí en tu playa desearía
recogerme en tu guarida pretenciosa
sustentada en ensueños y alegrías
que vistieron con ventura tantas rosas.
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