
Al amor puro y verdadero no le hacen sombra las sombras, el amor sincero, el amor maduro, el amor que se cuida, es como el sol del mediodía, brilla como nunca en lo alto y no hay sombra alguna que sobre él se proyecte quitándole ni su luz ni su encanto. Sombra vana que en realidad no existes, pero que si alguna vez fuiste refrescante descanso, vuelve quieta a tu origen, siempre habrá quien necesite que tu frescura lo cobije...

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