Entra dentro del sueño trascendental donde gaviotas son mares alejados que se mecen al son de rojos y queso y el bucanero lanza inopinadas volutas de humo que en otras regiones son sueño amanece un nuevo terreno que no merece desatención ni yerro que entorpece mi visión de un mar infinito sin desacuerdo
Entra dentro del sueño trascendental en donde el sueño por otros soñado se transforma en el dios que los sueña y en donde el todo forma un todo con la parte, aunque la parte se parte hay luces que son regiones del alba y el mal y el bien no se identifican con nada
Penetra dentro del sueño trascendental y observa con mil ojos la existencia que se observa con mil ojos desvela de nuevo el velo del olvido odia la belleza ama la fealdad acuerda el desacuerdo de las ideas y contempla el funesto sentido de la mente hueca
Dentro del sueño trascendental hay soles que son lunas tintadas de añil y ríos que son mares que desembocan en la boca del amante que los observa sembrándolo todo del grano que potencialmente contiene lo que habrá de ser: viejas goletas de cascos impolutos que contienen seres que a su son se estremecen rancios marineros parecen haber estado siempre allí contemplando y cuidando sin más de su vida como si fueran ángeles malditos o demonios santos
En el sueño trascendental hay árboles que mecen el sueño a su dueño e historias que cuenta a la vieja el viento mientras el tormento labra las volutas de humo de aquel bucanero que restablecía el sueño
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