
El destino desvió el camino angosto y recto. La valla fue puesta cuando no quedaba tanto para llegar a la meta del sueño. Sueño entregado, que no robado.
Con las alas protegidas esta vez, y un corazón creativo que va a seguir volando. Un nuevo camino lleno de incógnitas, a lo desconocido; pero el misterio siempre seduce.
Virus que deteriora el sentimiento, malestar que quedará oculto tras mil sonrisas. Una parte de mi vida se la llevan, pero mi ser no se entrega ante nada, ni ante nadie. Íntegro queda para el sueño, para nuevos vuelos. Hoy corren ríos de esperanza, las nubes pasan blancas, la brisa es suave.

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