En mis bolsillos, revolviendo cajones; no, no encuentro el croquis que me conducirá por la vida. La brújula quieta, en estos momentos parece que todo se descompone. No veo el musgo de caricias en los árboles, los que me indicarían dónde encontrarte. No me preocupa el mañana, no hago cálculos de caza. Sólo me interesa este hoy que se desgasta, que se deshilacha acabando con la tela de mi vida.
Invento puentes, fabrico alas; mis manos de relojera intentan arreglar la maquinaria de este corazón que ya no da las horas. No sopla hoy el aire para avanzar en mi vuelo.
En esta jungla vacía de plantas, de animales, se hace espeso el camino. Mil cristales limpios obstaculizan mi marcha. Ya ni mi aliento puede empañarlos.
Monótono camino de sorpresas dormidas. Aventura sin vivir, final dormido en un limbo desconocido.
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