El trastorno obsesivo compulsivo por la limpieza, es una de las afecciones irracionales de tipo neurótico que padecen en su mayoría las mujeres y que en particular provoca problemas emocionales, como miedos, inseguridad, fobias y complejos; y síntomas psicofísicos como fatiga, estrés, insomnio, problemas en las articulaciones, depresión accidentes, sobrepeso, sedentarismo, falta de apetito sexual, irritabilidad, cefaleas, hipertensión y problemas vasculares.
Desarrollar un extremo sentido de la limpieza es contrario a la buena salud y el bienestar, aunque la higiene esté asociada con la prevención y el desarrollo de enfermedades.
Las causas de este trastorno se atribuyen a las características de la personalidad perfeccionista, obsesionada por el control y la disciplina; a la falta de atención o de afecto, al estrés, a factores culturales aprendidos y al tipo de trabajo rutinario de una casa, que no se ve ni se valora y que no deja mucho margen para la creatividad.
Esta actividad representa un conjunto de rituales y manías para hacer las tareas hogareñas diarias, que se repiten todos los días casi sin variantes; y que se transforman en la razón de vivir.
El pensamiento que predomina en estas personas es repetitivo, y el sentimiento es de preocupación inquietud y angustia; pero esa actividad obsesiva compulsiva lea sirve sólo para calmarse por breve tiempo, porque ni bien llegan a reparar en algún leve desorden o atisbo de suciedad, se produce un círculo vicioso y vuelven a sentir la misma sensación de malestar que antes, que las obliga a reiniciar los rituales de limpieza.
Existen cinco rituales compulsivos vinculados con las obsesiones:
Los de repetición: (como por ejemplo, contar los escalones).
Los de comprobación: (como comprobar varias veces si cerraron la puerta con llave o si apagaron el gas).
Los de acumulación: (como guardar objetos innecesarios).
Los de orden :(como no tolerar los cambios de lugar o de posición de los objetos del hogar).
Los de limpieza: (como la preocupación exagerada por la limpieza del hogar y personal).
La obsesión por la limpieza puede provocar, además de adicciones, estrés y conflictos familiares y de pareja y obligar a la persona a realizar una rutina diaria rigurosa que si no puede cumplir le producirá malestar e irritación.
La fórmula para lograr limpiar la mente y controlar estas compulsiones es:
1) Tomar conciencia del trastorno
2) Tratar de disminuir la auto exigencia
3) No seguir pautas fijas para actuar
4) Tener otras actividades más placenteras
5) Salir de la casa y tratar de realizarse como persona individual desarrollando nuevos intereses.
6) Hacer programa para el tiempo libre
7) Hablar con los familiares del paciente
8) Aprender a disfrutar de la casa y de los familiares.
Cierto nivel de orden y rigor en la conducta y el deseo de hacer las cosas bien, son rasgos ventajosos que pueden ser útiles en algunas circunstancias, pero cuando es tan exagerado que interviene en la actividad normal de una persona, es un signo de patología.
El tratamiento de una terapia cognitiva consiste en aplicar técnicas de control de la ansiedad, la práctica de la relajación para reducir el estrés y la posibilidad de evaluar la alternativa de un nuevo proyecto de vida.