
Una vez em mi jardín
una rosa floreció, la más
hermosa entre todas, bella
y roja pasión.
Su perfume era tan íntenso,
tan agradable era su olor
que al ruiseñor más cantarín
con su aroma enamoró.
Tál pasión forjó en su corazón
que sus cantos despertaron
en la rosa el amor.
Era tan dulce su canto
tan armoniosa su melodía
que la rosa enamorada
más perfume desprendía.
Sus trinos sonaban tan bonitos
tan acordes sus compás,
cantándole a su amada
cada mañana al despertar:
Ay! mi rosa perfumada,
me has robado el corazón,
eres tan bella y hermosa
que te canto con pasión
Así pasaban los días
con su bella historia de amor
y mi jardín florecía
al ritmo de su canción.
Pero como toda historia feliz
tiene un mal final,
una noche aventada, dejó
caída en el suelo
a la rosa deshojada.
Y fué tan duro y triste
para el pobre ruiseñor
que dejó de comer su pico
y su lindo canto se ahogó
muriendo de tristeza,
de dolor y frustración
al perder a su bella amada
su perfume y su pasión