De su sangre me alimenté
con su fuerza, me hizo nacer
ella me enseño a caminar
ella me supo guiar.
Ella marcó mis pasos por
el camino de los desafíos, ella
me dedicó su tiempo, su cariño;
ella con su amor,
sobre sus piernas me cobijaba
y con su paciencia y mimos,
me consolaba.
Ella, me dió las pautas
para alcanzar metas deseadas
me dió razones y pensamientos
y soportar los sufrimientos.
Supo darme la clave
para querer y ser querida
me hizo ver la luz, de
la honestidad y no la envidia.
Ella fué tan generosa, tan bella
por fuera como por dentro
que por mucho tiempo que pase,
siempre estará en mi recuerdo.
Ella era todo un ejempo
de amor, cariño y ternura,
ella te envolvía en un haz,
de luz que desprendía.
Ella me hizo vivir, en un mundo
sin crueldad, ella supo quererme
como nadie lo hará jamás.
Ella un día se fué y me dejó
el corazón herido y
aunque intento recomponerlo,
aún no lo he conseguido.
Son muchos años ya
sin tocarla, sin besarla
pero su calida voz, su ternura,
su dulce cara, estarán por siempre
en mi alma tatuada
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