Es la saga de Sahoud noble jássa sarraceno y de la ámma Marién gentil morilla del pueblo. Era el reino de Granada. Eran los siglos añejos.
¡Ay, moro de mis encantos! ¡Ay, mora de mis desvelos!
En amores se enredaban, pasión del alma y del cuerpo, mientras, avara, la suerte con los hilos de su enredo su destino entretejía por intrincados senderos.
Botas cristianas pisaron de Allambra los arabescos.
Moros que seréis moriscos; moriscos, sois extranjeros; que no habrán en este reino otra ley ni otro credo: hay una España en la tierra y sólo un Dios en el cielo.
-Mora, me hicieron morisca. -Moro nací y me muero.
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