Mi boca que no te nombra está sellada en secretos, no puedo decir tu nombre pues la luna está en acecho, sus ojos de plata en ansias por ver tu cuerpo, moreno.
Con un clavel en los dientes mordiendo el tallo te muerdo.
Mi cuerpo que te reclama en la noche hace su lecho y te esperan mis embrujos en los umbrales del tiempo, ansiando el sol de tu piel que sabe a menta y desierto.
Con un clavel en la oreja te escucho en el son del viento.
Cuando la luna me vea enlazarte en mis enredos y ponerme de puntillas para besarte en el cuello ¡Ay! ¡Que se ponga morada! ¡Ay! ¡Que se muera de celos!
Con un clavel en el vientre te danzo a la luz del fuego.
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