Mis manos en su descender diáfano te buscan despacio.
Mis ojos turbios de mañana , amalgamados con atisbos de perdida unidad , observan tu risa lejana.
Mis oídos , sordos por las crujientes hebras de un mes de Abril que no llega , levan anclas en océanos de Invierno que perdieron su estrella.
Mis ojos , donde las lágrimas se convierten en traidora lluvia , interrogan a aéreas cortinas de orgullo que anegan mi alma desnuda.
Mis pies rasgados , como agrietados labios , pisan el cárdeno manto de polvo de de un amor amortajado.
Mis deseos despeñados en nocturno acantilado , aún crepitan en el azul dosel de aquella última vez.
Mi viajera espera,como desarticulada muñeca de incolora cabellera olvidada en el polvoriento desván de una ilusión postrera , invoca a una nueva primavera , a los primeros destellos de una seductora Luna llena.
Mi alma , como emergente Venus espumosa emancipada de un cuadro de tiranas pinceladas , saluda en forma de nueva Aurora desde la blanca balaustrada de una recién estrenada madrugada.
Un día dije que me iría para seguir soñando , para seguir andando descalzo lejos del arrullo de todo regazo.
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