
Tus manos ateridas al sostén de la vida se convierten en emergentes algas marinas.
Tu boca entreabierta como flor tierna hace libar cordeles de mieles que a la espesa distancia repelen.
Tu cuerpo , como punzante pincelada , se enfrenta al lienzo de mi particular nada.
Tus piernas desnudas , las mías con piel de hoy y ayer , anudan.
Tus desobedientes pies desoyen al envés del caminar de un nuevo renacer.
Tu alma despeinada , repleta de hojarasca , como espumosa borrasca , húmedos besos me arranca.
Tu estrella mecida entre nubes de espera , salpica de luz a mi alma prisionera.
Tu mar hoy calla por no gritar a las cuchilladas de las afiladas olas de la soledad.
En la estéril parcela que mi corazón habita , de frío tus gastados besos tiritan.
Malgastamos nuestro más empecinado empeño en lo que creemos elevado , grande ; y nos olvidamos de que la auténtica grandeza está en lo que un día se nos quedaba insuficiente , pequeño.
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