Las personas que sufren un ataque de pánico sienten un intenso terror sin motivo aparente; sufren síntomas físicos como taquicardia, problemas para respirar, hiperventilación, temblores y mareos; y la sensación de muerte inminente.

Este ataque puede ocurrir en cualquier momento y dura aproximadamente diez minutos.

Estos estados pueden reiterarse hasta varias veces por día o en el mejor de los casos algunas veces al año, o una o dos veces en la vida.

Es un estado invalidante, porque además del temor irracional que siente la persona que ya ha sufrido un ataque, luego tiene miedo de tener miedo.

Este trastorno puede asociarse a algunas situaciones donde se experimentó el ataque, como un tren, un ascensor, un vehículo público o un supermercado; creando fobias ilógicas que impiden frecuentar luego esos lugares.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha informado que este es un trastorno que se está incrementando en este mundo, deshumanizado, alienante y competitivo, y estiman que una persona de cada veinte lo experimentará algún día.

En Argentina, la mayor cantidad de ataques de pánico se producen después de los veinte años.

La sensación que se siente es de gran ansiedad y angustia que crea la necesidad de huir de esa situación en que se encuentran.

Una persona con ataque de pánico cree que sus síntomas se deben a afecciones cardiacas y procura ser atendida y ser sometida a estudios para lograr un diagnóstico preciso, pero en realidad su vida no corre peligro durante estos episodios.

El proceso de pánico tiene dos etapas: la ansiedad anticipatoria, que es cuando la mente siente que se aproxima una situación temida interna o externa que la amenaza y el ataque de pánico propiamente dicho, que es cuando se producen los síntomas físicos.

Lo que se recomienda hacer a estas personas es:
-descartar otras posibles enfermedades
-detectar las causas psicológicas, reflexionando sobre su estilo de vida y sus niveles de estrés.
-desarrollar una vida normal y cambiar los aspectos que están perturbando su equilibrio psicofísico
-evitar pensamientos que le produzcan ansiedad
-imaginar un modo de actuar en caso de tener un ataque, teniendo presente que no está a punto de morir sino que es sólo temor.
-respirar hondo tranquilamente, evitando la hiperventilación que se produce cuando no se exhala lo suficiente
-centrarse en alguna actividad para recuperar el equilibrio, relajarse y continuar con lo que se estaba haciendo
-no olvidar que no es algo que lo puede dañar y que es solamente desagradable
-esperar para que pase el temor
-pero lo principal, es aprender a enfrentar los miedos, hacer todo aquello que lo aterroriza, subir a un avión, a un tren, a un ascensor, o sea no evitar las situaciones que le producen temor.

El ataque de pánico encubre el miedo a perder el control, ya que las personas que sufren de este trastorno son las que asumen muchas responsabilidades, que controlan todo, no confían en nadie, ni acostumbran a delegar tareas, que son perfeccionistas y exigentes consigo mismas y con los demás.

Tienen que tener presente que lo mejor para ellas es aprender a soltar, no resistirse a los hechos, entregarse y dejar que las cosas fluyan, abandonar el afán de estar en todo y de tener todo bajo control.

Son personalidades con tendencias obsesivas, omnipotentes y con altas expectativas.

Pero también los ataques de pánico pueden ser un síntoma de depresión.

la guia de psicologia