Sí, siempre existen esos momentos en los que sientes ganas de gritar hasta que hayas perdido la voz para toda la semana, Pero tienes que tomar el control de ti mismo, así que aquí hay algunos consejos.

Recuerda que la recompensa por la paciencia es la felicidad.

Date cuenta de que las cosas pueden ser bien manejadas en todo momento, es sólo una cuestión de qué tipo de actitud se toma. Respira profundamente.

Aléjate de situaciones en las que el enojo puede sacar lo peor de ti, como cuando alguien se burla de ti. No haga caso a la otra persona y vete. Si debes, haz esto unas cuantas veces hasta que la persona recibe la indirecta de que no lo toleras. Está bien usar sus palabras o lenguaje corporal para decirle a alguien que no toleras la forma en que te está tratando, siempre y cuando respondas a las agresiones en un ambiente tranquilo, sin ser abiertamente hiriente ni tratando de avergonzar. Nunca está bien molestar a alguien por diversión.

Date cuenta de que a nadie le gusta estar rodeado de gente que se enoja fácilmente, y actúa abusivo. La única manera de cambiar la situación es empezar con uno mismo.

Se considerado con los demás, y en última instancia, contigo mismo. La forma en que reaccionas en última instancia, afectará tu entorno. Si quieres reprocharle a alguien por haber hecho algo mal, siempre puedes hacerlo con calma, en un lugar privado. Este método es siempre mejor para todos en el largo plazo.

Si estás enojado y de pie, siéntate, si estás sentado, acuéstate.

Recuerda, 5 segundos se interponen entre la ira y la lógica. Cuenta hasta cinco, y recuerda que siempre gana la lógica sobre la ira.

Deja de hablar con la persona que te hace enojar por unos minutos y toma aliento profundo.

Si todavía se siente la ira y tienes que dejarla salir, rompe en pedazos periódicos viejos. Este es un método popular para dejar salir la bronca.

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