El cuchillo es una de las herramientas más importantes en la cocina y además, una de las que más sufren con el uso ya que terminan desgastándose y perdiendo su forma original al volverse redondeados, lo que hace que no corten de forma adecuada llegando incluso a ser más peligrosos que cuando están afilados al tener que estar “apretando” con fuerza para que logren cortar algo.
Si tienes en casa un par de cuchillos que ya no cortan como antes, puedes acudir a este práctico y sencillo truco para volver a tener tus cuchillos afilados sin necesidad de acudir a un afilador o cambiar los cuchillos por otros nuevos.
Solo necesitas una taza de cerámica, de esas que todos tenemos en casa para desayunar o merendar.
Lo que tienes que hacer es colocar la taza boca abajo, sujetarla bien y con el borde de la base de la taza, que no tiene ni pintura ni esmalte, comienza a afilar el cuchillo, pasando varias veces el filo por ambos lados. Luego simplemente limpia el cuchillo con una servilleta de papel, y… ¡listo para utilizarse!