La otra cara de la soledad
Es común que la soledad sea identificada como algo negativo y perjudicial. Habitualmente, esta se asocia con la tristeza y la desesperación. Sin embargo, la soledad tiene una cara positiva y necesaria que muchas veces pasa desapercibida, oculta por la sombra negativa del concepto fatídico de soledad.
El escritor italiano Carlos Dossi dijo: “¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos”. Y es que la soledad es, indiscutiblemente, la mejor vía para acercarnos a nosotros mismos. Únicamente cuando estamos solos, con la única compañía de nuestros pensamientos, somos capaces de conocernos a nosotros mismos, de saber apreciar nuestra propia compañía.
Cuando estamos con otras personas, lo más frecuente es que centremos nuestra atención en su presencia, en las conversaciones que entablamos con ellos. De este modo, pasamos por alto muchas cosas que no nos pasan desapercibidas cuando estamos solos; en soledad, observamos a nuestro alrededor, nos fijamos en detalles tales como paisajes, casas, otras personas con las que nos cruzamos y un largo etcétera.
Aprender a convivir con uno mismo, a disfrutar de la única compañía del yo, es un ejercicio muy importante para conocerse como persona que nos aportará fortaleza, autoestima y que nos enseñará a respetarnos a nosotros mismos.
Charles Baudelaire dijo: “Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo entre una multitud atareada”. Y es que, si no sabemos dominar la soledad, será ella la que nos domine a nosotros. Es sabio, por tanto, pasar momentos en soledad, conocernos a nosotros mismos y separarnos del bullicio que supone la compañía constante. De este modo, nos fortaleceremos como individuos y creceremos como personas.
La creatividad es algo que se desarrolla principalmente en soledad. Un músico que no sepa pasar tres horas o tres días a solas consigo mismo nunca será capaz de encontrar en su espíritu las notas que quiere plasmar en un pentagrama y nunca será capaz de componer, puesto que el proceso creativo se desarrolla, casi siempre, en compañía de nadie. El novelista y poeta alemán Goethe dijo sobre la soledad: “El talento se cultiva en la soledad; el carácter se forma en las tempestuosas oleadas del mundo”.
Como podemos ver, son muchos los intelectuales que mencionaron la cara positiva de la soledad y las ventajas que ofrece al individuo. Evidentemente, las connotaciones negativas de la soledad pueden llegar a ser muy graves y perjudiciales, pudiendo llegar a ser esta muy peligrosa. Sin embargo, es importante hablar también de las ventajas que supone estar solo de vez en cuando y saber tolerar dicha soledad.
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