Cinco consejos para mejorar nuestra inteligencia emocional
Hace tiempo que empezamos a comprender que el tener éxito en la vida, no depende exclusivamente de nuestro coeficiente intelectual. En absoluto… hay algo en el ser humano que marca la diferencia, permitiendo que, a iguales condiciones, unos sean mejores a la hora de enfrentarse a esos contratiempos que de vez en cuando nos pone la vida, a modo de retos, de piedras en el camino, personas que son capaces de ver las dificultades desde otro prisma más amplio y no delimitadas por ese túnel oscuro que nos ciega y nos bloquea en algunas ocasiones.
La Inteligencia Emocional nos permite tomar conciencia de todas esas pulsiones interiores que nos enriquecen y a veces nos perturban hasta el punto de no saber cómo manejar. Se trata de un conjunto de capacidades que podemos desarrollar para mejorar, por ejemplo, nuestra actitud empática, o para afrontar mejor presiones y frustraciones… Responde pues a un tipo de inteligencia que podemos desarrollar y mejorar, que podemos aprender y entrenar, por lo tanto está al alcance de todos nosotros y está en nuestra mano incluso el educar a nuestros hijos en este tipo de conocimiento sobre las emociones, que a largo plazo habrá de brindarles mayores posibilidades de desarrollo personal. ¿Qué tal si repasamos alguno de sus conceptos para tenerlos en cuenta en nuestra vida diaria? Adelante…
1. CONÓCETE A TI MISMO
Hemos de ser conscientes de que la Inteligencia Emocional puede ser aplicada a todos los ámbitos de nuestra vida, pero en primer lugar requiere que tengamos cierto conocimiento de nosotros mismos y de nuestros comportamientos, saber por qué reaccionamos o pensamos de determinado modo. Es recomendable plantearnos preguntas como ¿Por qué actúo así? ¿Por qué tengo estas creencias?
Intenta reconocer tus fortalezas y debilidades, maximiza tus aspectos positivos y toma conciencia de que sólo tú eres dueño de tu vida, y por lo tanto también eres responsable de encontrar tu propia felicidad.
2. SÉ OPTIMISTA
Con una visión optimista el éxito y la felicidad son más fáciles de alcanzar.
El optimismo requiere que sepas reconocer no sólo tus buenas cualidades sino también la de los demás, intenta sacar lo mejor de las situaciones difíciles que diariamente surgen en nuestras vidas… Haz uso del sentido del humor en la medida de lo posible y convéncete a tí mismo de que cualquier dificultad, es en ocasiones un momento de oportunidad para mejorar como personas.
3. FOMENTA TU CURIOSIDAD
Una mente abierta, capaz de recibir múltiples argumentos, ideas, conceptos y experiencias, se traduce en una mente enriquecida que sabe gestionar su inteligencia emocional. La vida está llena de matices y sutilezas que también requieren ser tomadas en cuenta, estar cerrado a este tipo de detalles va a dificultar sin duda la completa comprensión de nuestra realidad… Siempre es bueno escribir en un papel nuestros pensamientos e ideas y hacer un poco de autocrítica del por qué de esas visiones, de esas concepciones.
4. EMPATÍA
La empatía es necesaria para conocer mejor a las personas que nos rodean y tomar conciencia de sus realidades, dimensiones que en ocasiones no se diferencian mucho de las nuestras. Para ello es siempre recomendable no sólo “ponernos en los zapatos de quien tenemos en frente”, sino también preguntarnos cuestiones tales como ¿Me gustaría a mí ser tratado de esta manera? ¿Se merece esta persona sufrir estas dificultades? ¿Qué haría yo si estuviese en su lugar?
5. HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
Disponer de unas buenas habilidades comunicativas es un buen paso para disponer también de una elevada inteligencia emocional. Intenta ser siempre sincero, respeta las zonas de confort de tus interlocutores para evitar llegar al conflicto, pero transmite siempre tus impresiones sin encubrirlas,
fíjate también en las posiciones corporales de los demás cuando están ante tí para comprender aquellas señales que no se transmiten de forma hablada. Las expresiones, los movimientos, a veces dicen mucho más que las palabras.
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