Cómo seducir a un hombre
Si viviéramos en un país de cuento de hadas sería realmente fácil conquistar el corazón de un hombre. Podríamos optar por hacernos las despistadas y perder un zapatito de cristal para que nuestro príncipe nos buscara embobado por todo el reino. Las más ingenuas podrían elegir entre morder la manzana envenenada de la bruja malvada o pincharse con un huso para luego esperar pacientemente el dulce beso del príncipe azul.
Pero no somos personajes de cuento. No contamos con la ayuda de un hada madrina ni podemos pedirle auxilio a Cupido. No nos queda más remedio que olvidarnos de los elixires de amor y de las pócimas porque tampoco darán el resultado esperado. Lo normal en la vida real es que nos den calabazas, que las flechas no lleguen al destinatario correcto o que nos confundamos con la dosis exacta de cada ingrediente del brebaje de seducción.
Pongamos los pies en la tierra. En el fondo, no hace falta recurrir a trucos de magia.
¿Sabías que los diez primeros minutos son los más importantes cuando conoces a alguien?
Ese corto espacio de tiempo es suficiente para decidir si queremos conocer a fondo a la otra persona. Pero también nos sirven para rechazarla por completo. Tendemos a quedarnos con la primera impresión. Analizamos los gestos, la actitud, el modo de vestir, de hablar, el aspecto, el lenguaje que emplea. En definitiva, todo. Por eso es esencial mostrar lo mejor de nosotros mismos en todo momento. Que vean lo única y especial que es esa persona que tienen delante de sus ojos.
¿Sabías que el sentido del humor es uno de los instrumentos de seducción que emplea el ser humano?
Aquella persona que es capaz de reír con facilidad, que muestra ese punto divertido de la vida, que sonríe, que transmite alegría, atrae más que otra que se muestra seria y ve siempre el vaso medio vacío. Una dosis de humor favorece el acercamiento entre personas y mejora las relaciones entre ellas. La risa eleva nuestros niveles de serotonina consiguiendo que el cerebro produzca emociones y pensamientos positivos. Así que no te olvides de sonreír cuando estés con la persona que te gusta.
¿Sabes que resultan más atractivas aquellas personas que miran a los ojos?
Quién no ha mirado a alguien y ha visto en sus ojos la tristeza, la preocupación ante una situación que vive o la alegría desbordante de vivir. Los ojos son el espejo del alma. Las palabras engañan o engatusan. Pero si los ojos mienten, lo sabes. Tus ojos muestran tus sentimientos sin que puedas evitarlo. Son ellos los que indicarán a esa persona que estás interesada en él. Mantén el contacto visual y mírale a los ojos. La mirada seduce.
Poder mantener una conversación interesante y amena será otro punto a tu favor. Los silencios entre frase y frase se vuelven eternos. Mientras que si la conversación es fluida todo será más fácil desde el principio. No es cuestión de llevarse preparado un discurso o tener diseñado de antemano todo lo que se va a decir. Pero pensar en algún tema que se podría tratar, evitará que te quedes bloqueada y con la mente en blanco.
Tu perfume, tu colonia, dice mucho de ti porque cada fragancia es diferente según el ph de la piel sobre la que se aplica.ta Las fragancias de tipo oriental transmiten calidez mientras que las florales por su composición aportan romanticismo. Las afrutadas son signo de dulzura y las amaderadas por su combinación de madera y especias tales como cilantro y cedro, han sido tradicionalmente consideradas como atrayentes. Si además quieres jugar con el simbolismo de los colores, recuerda que el rosa se asocia con las cualidades femeninas y evoca al amor. El rojo se relaciona con pasión y deseo mientras que un tono más bajo en su intensidad, el rojo claro, aporta sensualidad y amor. Para algunos hombres unos labios ultrafemeninos son aquellos que lucen un tono de barra de labios en un intenso color rojo. Pero emular a la mítica Marilyn Monroe no es nada fácil, así que si quieres atraer las miradas hacia tus labios el maquillaje del resto de tu rostro debe ser lo más sutil posible.
Es fundamental ser natural, ser espontánea, ser una misma. Hay que olvidarse del miedo al que dirá o que podrá pensar de nosotras, a sentirnos ridículas por mostrarnos tal y como somos. Interpretar un papel es cosa de actrices y nunca dará resultado en el mundo real. Al final en el día a día con esa persona que tanto te gusta, terminará dándose cuenta que no eres quién pensaba, que eres artificial.
Quiérete mucho y confía en ti misma. Segura de quién eres y de lo que vales, lo seducirás.
ljamenteesmaravillosa.com