Nuestras vidas
Nuestras vidas son péndulos
¿Dónde estará la niña que en aquel lugarejo una noche de baile me habló de sus deseos de viajar, y me dijo su tedio?
Gemía el vals por ella, y ella era un boceto lánguido: unos pendientes de ámbar, y un jazmín en el pelo.
Gemían los violines en el torpe quinteto... E ignoraba la niña que al quejarse de tedio conmigo, se quejaba con un péndulo.
Niña que me dijiste en aquel lugarejo una noche de baile confidencias de tedio: dondequiera que exhales tu suspiro discreto, nuestras vidas son péndulos...
Dos péndulos distantes que oscilan paralelos en una misma bruma de invierno.
Ramon Lopez Velarde
|