El arte de la seducción
El arte de la seducción es algo que muchos anhelan comprender y practicar de forma eficiente y es que la seducción no siempre tiene como finalidad obtener un beneficio sexual. A diferencia de lo que muchos pueden pensar, es algo más profundo y complejo de lo que parece a simple vista.
Un verdadero seductor o seductora es aquella persona capaz de despertar el interés en los demás por elementos propios de su personalidad, su atractivo, su forma de expresarse, conocimientos, etc. Muchos de los seductores son realmente atractivos sin tener un interés sexual distinto al resto. Sin embargo, son capaces de producir una sensación de confianza en las personas, motivar a otros a que hagan lo que ellos desean o lograr un beneficio que nutre a ambas partes.
Características del seductor
Algunos estudios indican que
desde la infancia vamos adquiriendo esa capacidad de seducción, pero algunos la entrenan mejor a lo largo de su vida. Todos conocemos a la típica persona que, sin importar dónde o cómo esté, consigue ser el centro de atención de forma positiva sin proponérselo. Estos seductores producen en el resto interés o provocación de forma muy natural.
El verdadero seductor es aquel que te seduce sin que te des cuenta. Pueden ser sus frases, gestos, comportamientos, educación, seguridad, etc. Cada seductor tiene sus propias tácticas, todas ellas positivas ya que no necesitan usar argucias o malas artes para conseguir lo que se proponen.
Contrario a lo que podría pensarse,
un seductor no necesita ser particularmente guapo, inteligente, gracioso o demasiado atrevido. A veces, ni ellos mismos saben a qué se debe ese “gancho” que tienen con las personas o las razones por las que la gente se interesa en ellos.
Los problemas que enfrentan los seductores
Podría parecer que los seductores lo tienen todo a su favor y que se encontrarán con pocos problemas. Pero la verdad es otra.
Pueden vivir graves problemas en todos los ámbitos de su vida, sobre todo en la parte sentimental.Cuando se convive con un seductor pueden presentarse problemas como celos, desconfianza o inseguridad, entre otros. La autoestima de la pareja será vital para definir la seriedad de estos problemas.
Una persona segura de sí misma y de la relación será capaz de sobrellevar la seducción natural de su pareja, e incluso, tomarlo con gracia.En caso contrario, el seductor puede enfrentarse a escenas de celos y situaciones poco agradables. Es muy importante que la persona que convive con el seductor tenga una alta autoestima, confianza en su pareja y la certeza de que no es el seductor el que busca algo, sino que son las demás personas las que se acercan y manifiestan el interés.
Disfruta al seductor
Cuando se convive con un seductor hay que pensar de forma positiva pues justo lo que te hizo enamorarte de él o ella, atraerá la atención de los demás. Aprende a valorar y alegrarte de poder disfrutar de esa persona y de sus cualidades.