Cómo mejorar nuestras relaciones personales
Estamos rodeados de relaciones y probablemente la mayoría sean enriquecedoras. Siempre podemos “sacar algo bueno” de cada conversación, encuentro o comunicación. Nos ofrecen bienestar y salud, nos permiten sentirnos parte de algo, etc. Pero también existen las relaciones “tóxicas” o negativas que enturbian nuestra existencia y nos provocan malestar, nos separan, nos disgregan o nos lastiman.
Muchos psicólogos y grupos científicos en Universidades y Centros de Estudio investigan para identificar cuáles son las claves que ayudarían a reconocer los fallos más comunes que cometemos en nuestras relaciones personales. De esta manera, no sólo podríamos darnos cuenta si estamos frente a alguien negativo para nosotros, sino que además haríamos hincapié en las buenas relaciones, mejorando nuestro vínculo con esas personas.
Algunas de las recomendaciones para poder disfrutar de relaciones más sanas en cualquier ámbito y evitar las que nos hacen mal son:
- Realizar una lista, en un momento de tranquilidad y comodidad, en la que aparezcan personas con las que hemos mantenido una relación conflictiva. Esto nos servirá para analizar nuestra forma de interactuar en con textos de comunicación y para aprender de los errores que hayamos cometido y seamos capaces de localizar. Pero cuidado, no se trata de anotar una amig con la que te peleaste ayer o tu compañero de trabajo que te habla todo el tiempo. Ve más allá, busca en lo profundo de cada relación.
- Enumerar los defectos propios. Claro, porque con los del resto no puedes mejorar tu. Procura ir dominando cada uno de ellos como una excelente táctica para llevarte mejor con las personas que te rodean. Acepta tu personalidad pero también ten en cuenta que si eres demasiado brusco para hablar, no sabes pedir bien las cosas, gritas, te enojas, etc, es probable que produzcas muchos más malos entendidos que buenos momentos. Haz un verdadero “mea culpa” de tus errores y trabaja por cambiarlos.
- Observar lo que no nos gusta de la otra persona. Presta mucha atención a esto, ya que existe una teoría que indica que aquello que criticamos en los demás es lo que “odiamos” de nosotros mismos. Superar la incompatibilidad con alguien hará que en aquellos momentos donde están en compañía reine la paz y la tranquilidad. Si no te agrada que tu primo se meta en tus asuntos, no permitas que participe tanto en las reuniones o si tu vecina cuenta todo lo que le dices, aprende a seleccionar la información que compartes con ella.
-Escuchar las necesidades. Tanto propias como ajenas. Piensa si realmente vale la pena tener un listado de amigos que no son tan fieles como te gustaría. A veces, mejor “quedarte” con algunos en los que confiar incondicionalmente y no malgastar el tiempo en compañías que no aportan nada bueno a tu existencia. Tener “un millón de amigos” como dice la canción es una utopía, algo que nadie puede lograr. Si puedes tener cientos de conocidos o personas con las que entablas relaciones diversas a diario.
- Pedir disculpas. Todos cometemos errores en nuestras relaciones personales, ya hemos dicho que el error es un campo estupendo para el aprendizaje, pero cuando hablamos en este cmapo tenemos que tener en cuenta a la otra persona. Reconocer nuestro error será una muestra de que reconocemos esa relación, de que le damos importancia, de que le dedicamos nuestro tiempo y con la que somos sinceros.
Por hacer más amenas y provechosas tus relaciones lograrás una “reacción en cadena” y sólo tendrás al lado gente que vale la pena, que te ayuden para mejorar y que tu puedas lograr que atraviesen mejor la vida. Después de todo, una relación no es posible si no hay reciprocidad, compromiso y buena predisposición de ambas partes. No es de mala persona “elegir” a los que quieres que estén a tu lado, sino se basa en comprender que no todos somos compatibles unos con otros.
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