“La vida es aquello que pasa mientras haces otros planes”.
John Lennon
Dicen muchos maestros de la filosofía oriental que si vives en el pasado encontrarás depresión, si vives en el futuro tendrás ansiedad y si vives en el presente encontrarás la felicidad.
¿Hasta que punto es normal pensar en el pasado y en el futuro?
Es muy difícil concentrarse en el presente. Muchas veces nos asaltarán recuerdos del pasado que nos harán sentir tristes en el ahora, eso es relativamente normal. También es habitual que miremos al futuro una cierta angustia paralizante que nos impide dar pasos que nos acerquen hacia nuestros objetivos.
Pero….¿Hasta qué punto esas interferencias pueden aparecer en nuestra vida?
Posiblemente podrán aparecer en la medida en que estos pensamientos ansiosos te condicionan en tu vida diaria. Si te sientes más cansado de lo habitual, si logras perder la concentración en una tarea o si te cuesta disfrutar de momentos sociales puede ser que estas interferencias estén convirtiendo tu camino en una eterna cuesta arriba o en un trazado con demasiadas opciones que finalmente son abandonadas por no tener claras tus ideas .
Ahora te encuentras en ese futuro al que siempre has temido, y sería entonces inteligente preguntarse ¿Ha valido la pena? ¿Tanta pérdida de momentos, de risas, de aprendizaje, de nuevos lugares, por un miedo continuo a nuestro avenir, vale la pena?.
Si tuviéramos que señalar al final de nuestra trayectoria vital de lo que nos arrepentimos, una gran parte de personas se lamentarán por haber vivido con el miedo y la angustia en su cabeza, ignorando muchos momentos que podrían haberles dado felicidad.
Muchas personas han pasado por etapas que les ofrecían infinidad de cosas como “zombis emocionales”, “adictos al miedo del futuro y al dolor del pasado”…
Esas personas dirán, con total convencimiento y con la muerte pisándole los talones que no, que no ha valido la pena tanta angustia.
Ha habido muchas más dificultades en su cabeza que momentos difíciles de superar.
Angustiarse por ese día en el que no sabrás si puedes hacer frente a unos pagos, angustiarte por un traslado en el trabajo y el miedo a perder a tu familia, angustiarte por imaginar el final de tu relación de pareja y lo sola que vas a estar, angustiarte por no encontrar el trabajo que deseas.
Todos se acumulan en tu cabeza impidiendo que seas una persona capaz de disfrutar de lo que la vida te ofrece, aquí y ahora.
Quizás se produzca la profecía autocumplida : “De tanto pensar que mi vida va a ser una catástrofe y que nunca podré superar cosas que me han pasado; pues finalmente tu vida se rinde ante la lucha con esa angustia y pensamientos; y acaba siendo una catástrofe”.
Es el riesgo de preocuparnos y no ocuparnos….al final, les damos a nuestros miedos la capacidad de guiar nuestra vida, y nos encontraremos que sigue sin gustarnos, evidentemente.
Así que sé consciente que nadie entiende realmente a este mundo, para qué estamos aquí realmente. Estamos de paso, en un mundo lleno de entretenimientos para cada uno, no le des una seriedad a la vida que ella no te está pidiendo.
Decidido: Yo soy mucho más que mi mente
Sé responsable,intenta hacer el menor daño posible y entretente en este mundo lleno de pasiones y de historias, mucho más apasionantes que las que tienes en tu cabeza. Escribe, lee, pinta, canta, baila, no tengas miedo…..
Que al final de tu vida no tengas que decir :
“No ha valido la pena tanta angustia” si no “Esta vida ha valido la pena porque la he vivido, a pesar de todo y con todo”.
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