No creo en un amor ideal, pero sí en esos amores inexplicables que atrapan y envuelven con sentimientos intensos y alborotados. Inicios apasionados con los que construir un amor real y cotidiano.
Todos tenemos en mente el que sin lugar a dudas, es nuestro amor ideal. Atribuimos a esa imagen física una gran cantidad de valores, de rasgos perfectos donde se escondería la mayor de las felicidades.
Soñar no es malo, nos inyecta parte de esa ilusión que todos necesitamos para andar por este mundo complejo y a veces difícil.
Ahora bien, a la hora de pensar en ese amor que necesitas, hazlo con los pies en el suelo y la mente abierta.
No te fijes ideales que te alejen al mismo tiempo de esa realidad cercana donde habitan las personas auténticas. Porque no hay amores perfectos, sino personas con virtudes y defectos que pueden armonizar con tus necesidades y vacíos.
No busques un amor ideal, construye un amor real y consciente. Te invitamos a reflexionar sobre ello.
Los pilares que construyen las relaciones conscientes
Puede que ya hayas oído hablar de las relaciones conscientes. Son, por así decirlo, el reverso del amor romántico o inconsciente.
Sabemos que a muchos les puede afectar el hecho de que lancemos una crítica afilada hacia el concepto de amor romántico, pero en esta imagen se encierran en realidad toda una serie de dimensiones muy peligrosas para nuestro equilibrio afectivo:
- El amor romántico simboliza la idealización de la persona amada, y la construcción de unos atributos que no se corresponden con la realidad.
- El romanticismo o el amor ideal es el reflejo del apego más peligroso, de la necesidad de tener y “poseer” al otro, como única forma de ser feliz.
- El amor real no significa que no podamos demostrar afecto, cariño y cuidado, se trata de construir un amor consciente a través de una relación sana donde no hay necesidad de sometimiento, ni apegos obsesivos.
La clave estaría en construir vínculos que funcionen, que sean armónicos con nosotros mismos y donde se respete el crecimiento personal, a la vez que el de la propia pareja.
Veamos ahora cómo podemos encontrar y construir una relación emocionalmente madura y consciente:
1. No busques, conviértete primero en esa clase de persona con la que merece la pena estar
No te obsesiones en marcarte como objetivo vital “encontrar a la persona ideal”, a la persona perfecta:
La vida es un aprendizaje continuo donde todo cuenta, donde toda relación pasada ha dejado esa vivencia y ese recuerdo que al fin y al cabo, forma parte de ti, pero no te determina. Tus posibles fracasos no te definen, te “enseñan” para dar nuevos pasos con más seguridad.
-No se trata de buscar, sino de dejarse llevar, cuidando siempre de nuestra autoestima, sabiendo lo que queremos, y alejándonos de lo que nos puede hacer daño.
– Trabájate a ti mismo cada día, crece interiormente, disfruta de lo que eres, de la persona que se refleja ante tu espejo. Tu felicidad interior, tu equilibrio y tu madurez emocional, es el mejor regalo que le puedas ofrecer a esa pareja, que la casualidad, quiera traerte.
2. Trabaja tu equilibrio personal y emocional
Es muy posible que tu corazón cuente ya con alguna que otra relación fallida, con alguna que otra herida que aún debe cauterizarse.
– Después de un fracaso o de una ruptura, es preciso recuperar el vínculo con nosotros mismos.
Con lo que somos, con nuestras necesidades y nuestra voz interior. Has pasado mucho tiempo con todas tus energías puestas en otra persona y es momento de priorizarte.
– Resuelve tu miedo a la soledad o al ser abandonado. Es preciso aprender a estar solo sin que esto sea para ti algo traumático.
– Con ello, y al recuperar tu autoestima, tu amor propio y esa unión contigo mismo, sintiéndote bien con lo que eres, lo que tienes y lo que has aprendido, dejarás de evidenciar vacíos, faltas y necesidades que, de algún modo, siempre se espera que los demás cubran o atiendan.
No debes darte a esa nueva persona que entra en tu vida “siendo la suma de todas tus exparejas”. Ofrécete como alguien maduro emocionalmente que ha aprendido de sus experiencias y que ahora, se ofrece en libertad y sin cargas para construir un amor real, pleno y sobre todo… valiente.
3. Estar enamorado es fácil, pero construir un amor real requiere esfuerzo
Hay amores que llegan de improviso y que nos atrapan. Son, tal y como te hemos señalado al inicio, amores inexplicables.
Ahora bien, no importa de qué forma ha llegado, lo esencial es que día a día la relación vaya asentándose con los pilares del respeto, del equilibrio de fuerzas, de esa complicidad que sabe ilusionar y comprender.
Construir un amor consciente requiere voluntad por ambas partes, saber encajar “mis esquinas con las tuyas” comprendiendo las diferencias y no valorando solo todo aquello que nos une.
Recuerda, deja de buscar un amor ideal o perfecto. Todos somos seres imperfectos esforzándonos cada día en construir una vida perfecta. Y eso es lo importante.
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