Cuando obtienes un logro importante en tu vida, experimentas una sensación muy placentera. Puede ser en tu trabajo, vida personal o familiar. Al final te sientes orgulloso por el trabajo realizado.
Sin embargo, el trabajo y los buenos sentimientos pueden volverse opacos fácilmente. Esto pasa por ejemplo cuando alguien cercano se muestra arrogante y toma todo el crédito del esfuerzo hecho.
El orgullo y la arrogancia son dos sentimientos muy distintos aunque apenas los divide una pequeña línea
La gente orgullosa tiene confianza en sí misma mientras que la arrogante es insegura
La personas orgullosas saben lo que hacen. Si hablamos de la vida profesional, suelen ser especialistas en su materia. En los demás aspectos, son personas que hacen todo con pulcritud.
La gente arrogante busca ocultar su falta de conocimientos e inseguridades. En el fondo saben que no tienen la capacidad para cumplir con sus objetivos. Son personas con muchas dudas y temen ser avergonzados en público.
“Ríete de ti mismo, pero nunca dudes de ti mismo. Sé valiente. Cuando te embarques en lugares extraños, no dejes nada de ti que esté seguro en la orilla. Ten el valor para entrar a territorio inexplorado”
-Alan Alda-
Las personas orgullosas usan un lenguaje amable
Seguro te habrás dado cuenta de que las personas orgullosas son amables en su lenguaje. Esto se debe a dos razones:
- Hablan desde su propia experiencia.
- Constantemente trabajan en ellos mismos para mejorar en todos los aspectos.
Como habrás adivinado, las personas arrogantes no tienen control sobre sus emociones. Buscan dar una buena impresión pero se olvidan de ser una mejor persona.
Las personas orgullosas tratan a todos de la misma forma
Esta es otra característica de la que quizás ya te has percatado. Las personas orgullosas siempre demuestran respeto.
“Respeto es la actitud y la actitud del ser humano de no dañarse a sí mismo, a sus semejantes ni a su entorno”
-Anónimo-
No les importa si están con alguien de mayor jerarquía o menor, siempre son amables y atentas. Son así porque saben que son tan buenos como los demás.
Las personas orgullosas son como búhos y las arrogantes como perros asustados
¿Qué hace un perro cuando está asustado? Lo más probable es que muerda para protegerse. Justo esa es la actitud de la gente arrogante.
Los arrogantes intentarán recuperar el control en cuanto sientan que lo pierden. No les importará si lastiman a alguien más.
La gente orgullosa mantiene la tranquilidad del búho. Ya saben cuánto valen y son capaces de controlar sus emociones. En cualquier situación adversa, las personas orgullosas mantendrán la calma y buscarán la mejor solución para todos.
Autoconocimiento vs ignorancia
“Uno debe conocerse a sí mismo. Si esto no sirve para descubrir la verdad, por lo menos sirve como una regla de vida, y no hay nada mejor”
-Blaise Pascal-
Las personas orgullosas se preocupan por aprender sobre sí mismas. Esto las lleva a tener plena consciencia de quiénes son, qué les importa y quiénes son importantes para ellos. También son capaces de encontrar la solución a cualquier contratiempo y de controlar sus palabras y acciones.
En cambio, la arrogancia nace del desconocimiento. Cuando no sabes quién eres, irás por ahí buscando el reconocimiento de los demás. Son personas infelices y con poca capacidad de respetar a quien los rodea.
La gente orgullosa toma en cuenta la opinión de los demás
Cuando una persona se siente orgullosa de quien es y lo que ha logrado, puede aceptar cualquier crítica con objetividad. Saben que esto les ayuda a mejorar y avanzar como ser humano.
En cambio, una persona arrogante hará todo para convencerte de que tú crítica está infundada. Puede comenzar hablando de sus cualidades y terminar agrediendo a quien lo criticó.
Estar orgulloso de quien eres y trabajar constantemente en mejorar son la clave para no caer en la arrogancia
Cuando creas que eres mejor que los demás, toma un tiempo para respirar profundo y ver tu realidad. Conviértete en la persona orgullosa que los demás puedan admirar y con quien te gustaría estar.
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