Todos vivimos en función de unos valores, es decir, en función de aquello a lo que damos importancia en nuestra vida. Y a partir de nuestros valores, le damos sentido a nuestra vida, decidiendo, actuando y pensando, en función de ellos.
Por eso en ocasiones, podemos tener malentendidos con otras personas, porque su escala de valores no coincide con la nuestra; para ellos, pueden ser prioritarios unos valores distintos a los nuestros. O incluso, también podemos sentir confusión con nosotros mismos, al ver que no nos comportamos en base a nuestros valores en algunos momentos.
Construir nuestra escala de valores
Construir nuestra escala de valores significa decidir en qué orden vamos a valorar las cosas o a las personas con las que convivimos. Tener una escala de valores, quiere decir que hemos elegido el tipo de vida que queremos vivir, con quien, dónde y en qué medida.
Desde que nacemos, la escala de valores con la que crecemos es la de nuestros padres, valorando como importante y prioritario todo aquello que para ellos lo era, y nos enseñaron. Sin embargo, en la medida que vamos madurando, nos iremos reafirmando a la misma vez que construyendo nuestra propia escala de valores, en torno a la cual, elegimos la forma de vivir que da sentido a nuestra vida personal.
“Al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.”
-Abraham Lincoln-
En ocasiones, confundimos lo que son valores para nuestra vida, con los ideales que queremos vivir. Los ideales, son conceptos, la mayor parte de ellos, inalcanzables o lejos de nuestras posibilidades, los cuales nos gustaría conseguir; sin embargo, solo son ideas utópicas, lejanas y con carácter de perfección, que nos generamos en nuestra mente, y que pocas veces son reales o cercanos para conseguir en nuestras vidas.
Los valores, sin embargo, son formas de vivir y priorizar nuestras decisiones, opiniones y creencias, con los cuales vivimos el día a día, dándole sentido a nuestra vida y experiencias.
Revisa tu escala de valores
En ocasiones, vivimos conforme a una escala de valores que no reconocemos como propia, sino procedente de lo que nos enseñaron nuestros progenitores. En otras ocasiones, la escala de valores con la que vivimos, corresponde a una serie de convencionalismos sociales o culturales, que lejos de reconocerlos como propios, nos generan cierta integración social, aunque no por ello, felicidad y bienestar.
Por tanto, es importante, revisar a qué le damos importancia en nuestra vida, aunque difiera de lo que hicieron o valoraron como importante nuestros padres, y a pesar, de ser contrario a lo que la sociedad o nuestra cultura espera de nosotros, aunque sean la mayoría.
Mis valores, mi felicidad
Sin lugar a dudas, vivir acorde a lo que valoramos en la vida, es el mejor camino para sentirnos satisfechos y orgullosos de la propia vida, así como para sentir la felicidad de vivir la vida que queremos vivir. Para ello es importante la congruencia y el equilibrio, entre lo que sentimos, lo que queremos, lo que hacemos y el tiempo que dedicamos a ello.
“Todo el mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas.”Compartir
Ser congruentes con nuestra escala de valores, nos aporta equilibrio en nuestras vidas, ya que nos sentiremos felices de dedicar tiempo, a lo que realmente nos importa, y no al contrario. También nuestras decisiones, actitudes y comportamientos, tendrán también coherencia cuando se corresponden con la importancia y el valor que les damos en nuestra escala.
No te olvides de ti mismo
En tu escala de valores, es importante no olvidarte de ti mismo, decidiendo cuan de importante eres en tu propia vida. Reflexiona acerca de la valoración e importancia que le das a tu vida, y esto corresponderá después a lo que vayas a aportarle a los demás.
En tu propia escala de valores, es imprescindible que te valores a ti mismo, dedicándote tiempo de calidad, sólo así conseguirás ser feliz, y compartirla con las personas que más quieres de tu alrededor.
“¡Ojalá vivas todos los días de tu vida!”Compartirlamenteesmaravillosa.com