José Saramago fue un escritor exquisito y un pensador polémico, que nunca tuvo pelos en la lengua para expresar de viva voz lo que pensaba. Buena parte de su obra está dedicada a la crítica de los valores, o antivalores, de la sociedad de consumo actual.
“El primero de nuestros deberes es poner en claro cuál es nuestra idea del deber.”Compartir
Saramago se caracterizó por ser un intelectual comprometido. Su prosa, aguda y amorosa, da cuenta de lo absurdas y contradictorias que resultan ser muchas “verdades” que se dan por ciertas… Hoy te desvelamos algunas de ellas.
El origen de los deberes humanos
Durante su discurso de aceptación del Premio Nobel en 1998, José Saramago habló de la necesidad de establecer unos principios éticos universales. El autor del Evangelio según Jesucristo afirmó:
La idea básica de Saramago era postular que si los seres humanos no nos ponemos de acuerdo en unos valores de base, será muy difícil garantizar los derechos por los que debemos regirnos.
La carta de deberes humanos
Solo después de 17 años de que José Saramago dio esas declaraciones, la iniciativa comenzó a tomar forma en una propuesta concreta, gracias al impulso de la Fundación Saramago y del centro de estudios World Future Society.
Un grupo de intelectuales mexicanos, de la Universidad Autónoma de México, se dio a la tarea de elaborar un primer borrador de lo que podrían ser los deberes humanos universales. Su propósito es el de elaborar un documento final, con el concurso de expertos en todas las ramas del conocimiento, para presentarlo ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y solicitar su aprobación.
El primer borrador está compuesto por cuatro grandes ejes: 1) Justicia y estado de derecho; 2) Educación, cultura y medios sociales de comunicación; 3) Desarrollo sustentable y generación de energía; y 4) Fronteras, migraciones y grupos vulnerables.
Los deberes humanos
Con base en los ejes definidos durante la discusión inicial, el grupo de la UNAM ha definido que estos son los deberes humanos sobre los cuales debe girar la proclamación de la nueva carta de obligaciones:
- Erradicar el hambre del mundo y no desperdiciar alimentos
- Acabar con el analfabetismo y educar con calidad
- Compartir el conocimiento y la pericia para alcanzar una salud integral
- Los medicamentos deben ser gratuitos o tener un precio justo
- El Estado debe regular los precios de los medicamentos para que no queden sujetos a las leyes del mercado
- Ser veraces y respetuosos al ejercer el derecho de libertad de expresión
- Usar la energía de manera eficiente y tomar medidas para ahorrarla
- Eliminar la desigualdad extrema de las sociedades
- Ofrecer hospitalidad a inmigrantes y refugiados
- Proporcionar condiciones óptimas para la libre competencia entre las empresas
- El mercado debe estar regulado para incrementar la riqueza mundial y el bienestar individual
- Es obligación de todos pagar impuestos
- Enfocar el conocimiento científico hacia la preservación de la vida
- Respetar el medio ambiente y contribuir con su descontaminación y preservación
- Respetar el hábitat y la forma de vida de animales no humanos
Que sean leyes
Pilar del Río, viuda de José Saramago, ha dicho que se pretende impulsar este catálogo de deberes, de modo que sean adoptados por los diferentes gobiernos y tengan fuerza de ley. Esta periodista portuguesa recordó en México las palabras del Nobel de Literatura portugués, cuando dijo: “si como ciudadanos dejamos pasar todo y nos adaptamos a la única realidad posible, nos estaremos conformando con muy poco”.
Agregó que para Saramago la peor de todas las actitudes humanas era la “desistencia”, o el acto de desistir de los sueños, propósitos y objetivos. Pese a todos estos buenos propósitos, la verdad es que el camino para que esos principios se conviertan en leyes no se ve nada sencillo. Aún así, los autores de la iniciativa están dispuestos a luchar hasta conseguirlo.
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