Las madres coraje son aquellas que han sobrepasado los límites de la superación, que lo han tenido todo en contra pero no han dejado que el viento rompa sus ramas, que han rescatado sus fuerzas para proteger su nido, que se han recompuesto y han salido adelante con sus polluelos.
Todas ellas son mujeres que han lidiado con una vida difícil, que han reconstruido su mundo aun habiendo sido abandonadas y relegadas por la sociedad o, quizás, por aquellas personas que debían estar a su lado pero que les fallaron.
Ellas han intentado garantizar la mejor protección y educación a sus hijos, se han quitado pan de su boca para que sus hijos no pasaran hambre ni en el estómago ni en el alma, han cocinado a fuego lento abrazos llenos de amor y repletos de esperanza.Compartir
Las maestras de la superación y del amor
Por eso ellas son maestras de la lucha y de la superación. Saben bien lo que es seguir adelante cargando con el carro de las dificultades y de las injusticias, luchando porque a sus hijos no les faltara de nada y a la vez nada les dañara.
Por esta razón cuando hablamos de las madres coraje hemos de recuperar la solemnidad, ponernos la mano en el corazón y recuperar la sabiduría de cada uno de sus acogedores regazos.Compartir
Porque ellas son las responsables de que hoy seamos adultos completos, de que hoy podamos tomar aire y sentir con orgullo que todas aquellas aventuras y adversidades fueron superadas con creces por mujeres cuyo único propósito era que sus hijos caminaran acompañados por la senda del amor.
Con esa motivación ellas crearon un universo en el que sabían que sus hijos siempre encontrarían cariño, protección y todo aquello que necesitaran. Desde su lugar en el mundo intentaron proteger a sus hijos de las injusticias, de la privación y de la maldad.
“El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.
Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano. Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces”.
-Isabel Allende-
La mejor herencia de una madre a sus hijos es haberse sanado como mujer
Una madre sanada es la que muestra a sus hijos cómo se desenredan aquellas prioridades que se anudan en los roles de mujer, madre, hija, hermana, esposa, novia o amiga.A través de ese proceso enseña a sus hijos los valores del respeto al mundo femenino.
Pues una madre coraje no es necesariamente aquella que se sacrifica por el mero hecho de ser mujer, sino aquella que a pesar de tener que cargar con tanto peso no renuncia a la autorrealización de sí misma, no somete sus necesidades y no transforma su esencia, sino que la consolida.
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Una madre coraje lleva todas sus vidas dentro muy presentes, se permite escucharlas, llenarse de expectativas saludables, vencer las imposiciones y sacar adelante a sus hijos con la fuerza que el amor otorga.Compartir
Y es que una madre coraje es primero y antes que nada una mujer llena de poder. Por eso debemos ver a estas mujeres como un lazo universal que nos une, porque al fin y al cabo ellas son fuente de vida.
El recuerdo de las madres coraje huele al puro y sincero reflejo de los abrazos, de los misterios inciertos, de las inseguridades en transformación, de los corazones palpitantes, del crecimiento sin límites.
Así, si nos aventuramos a bucear en nuestro linaje femenino seguramente gran parte de nosotros nos encontremos con mujeres coraje que decidieron que merecía la pena caminar por el profundo océano de las adversidades que les tocó vivir.
Y entonces, sin saberlo, gracias a su valentía nos dejaron una gran herencia emocional, herencia de la que hoy nos alimentamos y por la que hoy les rendimos homenaje. Por ser mujeres dignas de todo, por su corazón universal y por su entrega infinita.
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