Es tremendamente positivo pertenecer a grupos en los que nos sentimos integrados y podemos mantener conversaciones sobre una gran variedad de temas: es síntoma de buena salud comunicacional entre amigos, compañeros de trabajo y en la misma familia. Pero tan importante es poder hablar de todo como saber con quién, en qué situación y hasta qué punto podemos profundizar en una conversación un tema con otra persona.
Hay ciertos temas que en determinados grupos o ambientes no son nada recomendables. Identificar estos temas y evitarlos en la medida de lo posible es uno de los mejores síntomas de inteligencia social. Si no vamos a solucionar nada, provocar un conflicto que produzca un mal ambiente no es la mejor idea. La escritora Eugenia Orge expuso en un artículo algunos temas de conversación que nunca deberían tratarse en una reunión.
Vamos a intentar ir más allá, evitar el reduccionismo de la comunicación aplicando la lógica de la conveniencia de hablar de un determinado tema, la forma de abordarlo y cómo reconducir la conversación a otra cuestión si finalmente aparece un clima de tensión.
1. Política
La política puede ser la reina de todas las salsas, pues actualmente las nuevas tecnologías han traído el debate político a nuestra vida con mayor intensidad. Algo bastante positivo pues indica libertad de expresión, pero por otro lado puede llevar a malos entendidos.
Lo ideal cuando tratamos un tema de política es hablar de forma general, empatizando con la situación y el punto de vista del otro, involucrándose en la conversación aportando datos o posibles soluciones de mejora sin que eso implique que tengamos que decir a quién votamos.
Al hablar de política lo importante es saber manejar bien el fino hilo que separa la comunicación del ataque. Cuando una conversación de este tipo deja de ser constructiva e interesante es mejor cambiar de tercio.
2. Religión
Si el tema político toca sensibilidades e identidades, este tema va aún más allá. Algunas personas consideran actualmente las Grandes Religiones innecesarias para la convivencia entre las personas, otras la respetan sin que estén presentes en el dominio público y para muchos otros la religión y sus representantes son guías espirituales que hacen que su vida sea más plena.
3. Matrimonio y maternidad
No tiene porqué traer polémica hablar sobre el matrimonio o la maternidad, pero quizás algunas preguntas puedan sentirse incómodas por estar pasando por una crisis de pareja o que simplemente se ven presionadas por este tipo de conversaciones que ejercen presión social innecesaria sobre una cuestión absolutamente íntima.
Podemos hablar sobre matrimonio y maternidad pero sin convertirlo en el “monotema” y evitando lanzar públicamente preguntas demasiado concretas, especialmente relativas a la maternidad. No olvidemos por ejemplo los problemas de fertilidad (masculinos y femeninos) o los abortos espontáneos repetidos. La empatía a veces se basa en aspectos tan básicos como la discreción y la pertinencia comunicacional.
4. Mascotas
Para muchos las mascotas son uno más de la familia. Para otros, una señal de que la casa no puede estar limpia con mascota y que denota por parte de muchas personas falta de empatía por un invitado al que no le gustan los animales.
Las mascotas son un tema del que mejor no hablar si no hemos explorado anteriormente si tienen o no nuestros interlocutores. Como hemos visto, opiniones hay para todos los gustos con sus determinadas razones por lo que de nada vale implantar un criterio que solo servirá para nosotros.
5. Homosexualidad
Aunque nos parezca un tema totalmente normalizado y superado en una sociedad democrática, este tema aún genera polémica. No hay que olvidar que en algunos países la homofobia está muy presente y muchos piensan que es una conducta sexual desviada que no se debe “fomentar”.
Teniendo claro que cualquier actitud o comentario de tipo homófobo está fuera de lugar, hay que asumir que temas como el matrimonio o la adopción homoparental pueden generar controversia según el prisma social , ideológico o religiosa del que se mire. Si se identifican actitudes demasiado reticentes, es mejor no tratar esos aspectos porque quizás pueda acabar siendo un debate que no aporte nada, tan solo incomodidad y molestia.
6. Aborto
Para algunos el aborto es un derecho de la mujer a decidir cuándo y cómo ser madre o en qué términos resolver un embarazo complicado. Sería una cuestión de salud pública y una decisión íntima de la mujer.
Para otros, un acto inmoral que no debe ser permitido incluso habiendo sufrido la mujer una violación o presentándose problemas médicos el embarazo. Las opiniones varían respecto a este tema cómo la opinión de los mismos países: desde Holanda, que lo considera un derecho fuera de toda discusión, hasta países como El Salvador dónde la mujer puede ir a la cárcel (inclusive si se trata de un aborto espontáneo).
Así que con el aborto, no se trata de ser hipócrita pero tampoco de entrar en discusión, pues es de los asuntos en los que nadie sabe que hará hasta que no se ve en la situación. Mejor debatirlo teniendo este punto claro, que sentirnos atacados.
7. Manipulación genética
Las investigaciones con embriones ya existen en el mundo científico, de hecho hace dos semanas que el Parlamento Británico aprobó la experimentación de este tipo, si bien ya se venía haciendo de forma no totalmente oficial.
Para algunos la manipulación genética es un avance enorme que supondrá disminuir el sufrimiento por enfermedad de muchas personas; para otras es algo inaceptable pues consideran que el embrión ya es humano y tiene alma. ¿Un debate para una reunión? Cabe pensárselo dos veces.
lameneesmaravillosa.com