Los zumos depurativos de hortalizas equilibran los líquidos corporales al aumentar la capacidad depuradora del organismo. Son una potente fuente de energía solar que nos regenera por dentro y una forma muy placentera de hacer limpieza a fondo después del verano.
Zumo de apio
El apio es un gran estimulador de la depuración de los riñones, el hígado y los pulmones, un excelente tónico del sistema nervioso y de las glándulas suprarrenales encargadas de regular la respuesta al estrés. Los nitratos y sales minerales (sodio, calcio y potasio) del apio le confieren grandes virtudes remineralizantes, adelgazantes y depurativas. Es ideal combinado junto a manzana y zanahoria. Se recomienda tomar entre horas ensalivándolo muy bien.
Zumo de pomelo
La sustancia amarga del pomelo ejerce una acción sumamente favorable sobre el hígado, activando la digestión y la eliminación de líquidos. Tiene un elevado porcentaje de vitamina C, minerales y vitaminas esenciales, por lo que normaliza el proceso metabólico. La cura de pomelo se empieza tomando en ayunas el zumo de un pomelo hasta llegar a cinco y se va rebajando la dosis a razón de uno por día.
Zumo de rábano negro
Gracias su contenido en azufre orgánico el zumo de rábano negro estimula la vesícula biliar y ayuda a la depuración del hígado, también es un excelente antiséptico de la sangre y los bronquios. Se toman cuatro cucharadas soperas de zumo de rábano negro en ayunas mezcladas en agua o zumo de naranja. También es recomendable añadirlo a las mezclas de otros zumos de verduras.
Zumo de col blanca
El jugo de col ayuda a cicatrizar las mucosas intestinales y a regenerar las células. La col es rica en clorofila por lo que favorece la producción de hemoglobina y la producción de orina. Se recomienda tomarlo con zumo de zanahoria y nabo para fomentar la remineralización y depuración. Medio vaso antes de la comida y la cena durante un mes contribuye a una mejoría muy agradable del funcionamiento digestivo.