Esta receta no trata de un tipo de pan sino de una forma de comerlo, muy popular especialmente en la Comunidad Valenciana, Cataluña y en las Islas Baleares (España) Allí se conoce como Pà amb tomaquet, pà amb tomata o pà amb tomaca, que significa “pan con tomate”. Hoy en día su popularidad va en aumento y es cada vez más conocido y consumido en otras zonas del país.
Con esta receta a los nutrientes del trigo le añadimos las ventajas del ajo y del aceite de oliva (protección cardiovascular) y las del tomate (aporte de vitamina C y del antioxidante Licopeno) Esto ayuda a compensar las grasas menos saludables que la gente toma al acompañarlo con embutidos, haciendo además que el pan sea más jugoso.
La verdad es que el único inconveniente que tiene es que cuando lo pruebas ya no quieres volver a comer pan “a secas”.
Ingredientes para el pan con tomate
- Rebanadas un poco tostadas de pan de “payés” de un dedo de grosor aproximadamente (es un tipo de pan de trigo que permite unas grandes rebanadas) También podemos hacer servir el pan que tengamos a mano.
- Aceite de oliva de primera presión en frío (extra virgen)
- Sal marina.
- Ajo crudo (dientes de ajo) pelado.
- Tomates maduros (conviene usar aquellos tomates que tengan mucho jugo y poca pulpa)
- Normalmente se pone encima de la rebana lonchas de embutidos (jamón, chorizo, etc. pero podemos usar también queso, tortillas (huevos), lonchas de tofu o simplemente no poner nada encima)
Elaboración del pan con tomate
- Se tuestan las rebanadas (no demasiado ya que tampoco debe de quedar una tostada) Tradicionalmente se hacía a la brasa pero se pueden hacer también con una tostadora o al horno.
- Luego pelamos y cortamos un diente de ajo por la mitad y lo frotamos un poco por la tostada.
- Cortaremos un tomate, también por la mitad, y lo restregaremos untando todo esa cara o parte del pan.
- Esparciremos bien un fino chorrito de aceite de oliva por toda la tostada y añadiremos, opcionalmente, una pizca de sal.
Nuestro consejo
En primer lugar diremos que sólo se condimenta una cara o lado del pan.
No hay que prepararlo con mucha antelación (no más de treinta minutos) sino el pan se ablanda.
Lo ideal es servir las tostadas calientes y cada comensal que se lo prepare él mismo a su gusto (con ajo o sin, con más o menos aceite, con o sin sal)