La portentosa voz del gran cantante Nino Bravo nos dejó momentos mágicos de libertad, como nos mostró en un beso y una flor diciendo “de día viviré pensando en tu sonrisa, de noche las estrellas me acompañarán, serás como una luz que alumbre mi camino, me voy pero te juro que mañana volveré”. ¿Nos acompañas en este viaje en el que las estrellas y el cielo marcarán nuestro camino?
A veces olvidamos el mundo impresionante que tenemos a nuestro alrededor. Nos centramos en elementos como la televisión y las nuevas tecnologías, siendo incapaces de separar nuestra atenta mirada de los avances y las novedades.
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Sin embargo, la saturación de información y la publicidad puede llegar a provocar estrés e incluso “intoxicación”, un fenómeno que ya recogen autores como Lyman y Varian, que podría convertirse en un problema severo si no es tratado con sensibilidad.
Por suerte, la “intoxicación” por exceso de información y publicidad tiene solución si aplicamos ciertos remedios. Uno de ellos sería el rebajar los niveles de exposición realizando otras tareas. ¿Qué mejor que retomar el contacto natural con el entorno que nos rodea?
El exceso de exposición a la información y la publicidad tiene una serie de efectos negativos a diferentes niveles sobre el ser humano. No olvidemos que el fin último de estas actividades no es únicamente mostrar un suceso o acontecimiento, también busca una influencia sobre el espectador, apelando a sus deseos y comportamientos.
Al estar excesivamente sobreexpuestos a una cantidad enorme de mensajes, los efectos pueden ser muy negativos en diferentes dimensiones, principalmente dos:
- Dimensión social: el exceso de exposición puede acabar atentando contra la propia dignidad de la persona, que llega a insensibilizarse ante mensajes poco adecuados, por lo que se revierte la riqueza que la información debería provocar. Además, la soledad e incomunicación está entre las consecuencias más extremas.
- Dimensión económica: al estar expuestos a un exceso de estímulos, se estima que finalmente la mayor parte de los consumidores acaban adquiriendo productos innecesarios que les pueden crear serios problemas económicos, tanto en el medio como a largo plazo.
Según un estudio presentado por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra junto con el Consejo Audiovisual de la misma comunidad, los valores transmitidos por los excesos informativos y publicitarios fomentan actitudes irresponsables, consumistas y superficiales.
Que las estrellas y el cielo marquen tu camino
No obstante, no es en absoluto necesario dejar de ver televisión, escuchar radio o consultar intenet. Simplemente tener una actitud crítica, un criterio claro a la hora de analizar los mensajes y una rebaja sustancial de nuestra exposición a los medios.
En este sentido, podemos citar al célebre poeta Henry David Thoreau cuando decía “fui a los bosques porque quería vivir a conciencia, quería vivir a fondo y extraer todo el meollo a la vida, y dejar a un lado todo lo que no fuese vida, para no descubrir en el momento de mi muerte, que no había vivido”.
“Si realmente amas la naturaleza, encontrarás la belleza en todas partes”Compartir
En línea de las maravillosas palabras de Thoreau, que no vivió tan expuesto a los mensajes informativos y publicitarios como lo hacemos nosotros hoy día, si que cabe resaltar ciertas actividades que se pueden realizar bajo las estrellas y el cielo que comportan verdaderas ventajas para toda persona:
- Una escapada al aire libre supone un ejercicio muy saludable a todos los niveles. El aire es más limpio, por lo que es beneficioso para el pulmón. La belleza natural es excelente para mejorar el estado de ánimo. Relaja el estrés e incluso permite socializar con iguales.
- Un paseo con tu mascota en caso de tenerla es también un buen ejercicio. Además, pasar tiempo con el mundo animal mejora el estado de ánimo, pues ellos segregan tres veces más oxitocina que un humano, por lo que el cariño que ofrecen es un excelente bálsamo.
- Un viaje que te permita conocer otras culturas, sociedades o lugares también es un fantástico bálsamo. No solo rebajas tu sobreexposición, también te hará ser más tolerante, compresivo y crítico en un sentido positivo del término.
En definitiva, es importante rebajar la exposición a los mensajes que constantemente recibimos. Un buen ejercicio es dejar que nuestro techo sean las estrellas y el cielo, quienes marcarán nuestro camino, y no los medios que comunicación, los cuales deben ser consumidos con responsabilidad, moderación y espíritu crítico.
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