Hay personas que saben estar a nuestro lado cuando más les necesitamos. Es decir, hay quienes saben ser sol en momentos en los que el cielo está nublado y la vida se ha atascado en una tormenta que no nos quier dejar salir.
Porque la verdad es que hay gente especial que reconoce en sí misma la belleza de una sonrisa que sale del alma, que no engaña y que se muestra justa y serena consigo y con el mundo. Una especie rara pero real.
Obviamente, como todos, esta gente “que sabe ser sol” también comete errores y tiene defectos, pero lo que les caracteriza es su habilidad para iluminar con una sonrisa un día nublado por malos pensamientos y malas experiencias. Este artículo va por ellos.
“Hay personas mágicas…Te lo prometo. Las he visto. Se encuentran escondidas por todos los rincones del planeta. Disfrazadas de normales. Disimulando su especialidad. Procuran comportarse como los demás. Por eso, a veces, es tan difícil encontrarlas.
Pero cuando las descubres….ya no hay marcha atrás. No puedes deshacerte de su recuerdo. No se lo digas a nadie, pero dicen que su magia es tan fuerte, que si te toca una vez, lo hace para siempre”
-Autor desconocido-
La importancia de la escucha empática
La escucha empática o activa es aquella que practican las personas a las que se les da bien “ser sol en días de oscuridad”. A través de ella se escucha y se capta el mensaje emocional y personal que quien tiene un día complicado quiere transmitir.
Una persona que practica la escucha empática presta atención al otro con la intención de comprender sentimientos y de apreciar el punto de vista desde el que interpreta el mal día que está viviendo. Porque solo así puede comprenderse el marco de referencia desde el que se vive el momento.
Así, nuestro cerebro, que nada deja al azar, asume este interés de la otra persona como un interés sincero y afectivo, lo que contribuye a la secreción de sustancias como la serotonina, la dopamina y la oxitocina, las cuales fomentan el establecimiento del vínculo emocional.
Abrazar a unos ojos tristes simboliza el acogimiento y el sostén al mundo en el que se vive, la lucha conjunta y el apoyo emocional.Compartir
Corazones pacientes que nos escuchan
Como ya planteamos en otra ocasión, a los ojos tristes les hacen falta menos palabras y más abrazos. Porque cuando tenemos un mal día solemos apreciar más que un corazón paciente nos escuche y no tanto que mentes brillantes nos hablen.
La necesidad de hablar y de exteriorizar lo que sentimos a través de palabras, abrazos, llantos y caricias responde a la manera que tiene nuestra mente emocional de auto-regularse para poner orden en medio del caos.Compartir
O sea, es una manera de permitirse la emoción y comprenderla, dejando a un lago la negación de la misma y, por lo tanto, abandonando el terreno de la incomprensión y de la incertidumbre de sentirse solo en un momento en el que se necesita compañía paciente e incondicional.
Así, tener a alguien a tu lado especialista en “ser sol” en días oscuros te permite conducir con tu vehículo por la autopista en vez de por una carretera secundaria en mal estado que te obliga a hacer 20 paradas para llegar al destino del bienestar.
La humildad, la sencillez y la bondad son tres pilares fundamentales que nos ayudan a “ser sol” en momentos en los que estamos sumergidos en océanos de confusión y problemas. Porque para ser realmente grande hay que estar al lado de la gente, no por encima de ella.
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