La depresión es un dolor que nos atenaza y se vuelve nuestra sombra. Muchas veces viene de la mano de una amistad peligrosa: la ansiedad. Nos provocan temor a sentir y ensombrecen nuestras emociones. Generan pensamientos dañinos para nuestro ser y menosprecian nuestro autoconcepto, haciendo mella así en la estima que nos tenemos.
Esto es importante, pues el afecto que nos profesamos dependerá mucho de lo que nos digamos y de cómo nos comportemos. Es decir, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones se retroalimentan de tal manera que dictaminan nuestro estado general.
Como vamos a ver, no es habitual mantener un círculo saludable en todo momento; es más, cabe resaltar la única consecuencia de tener un patrón de pensamientos, sentimientos y conductas dañinas no es tener un diagnóstico de ansiedad o depresión, sino que el abanico es muy variable y variopinto. Por eso la metáfora que vamos a ver a continuación no es útil a todos, suframos o no alguno de estos problemas emocionales.
La metáfora del autobús
Hay una metáfora muy usada en las terapias contextuales que nos ayudan a comprender la importancia del triángulo de la personalidad que conforman nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos. Veámosla a continuación y prestemos mucha atención:
“Imagínese que usted es el conductor de un autobús con muchos pasajeros. Los pasajeros son pensamientos, sentimientos, recuerdos y todas esas cosas que uno tiene en su vida. Es un autobús con una única puerta de entrada, y sólo de entrada. Algunos de los pasajeros son muy desagradables y con una apariencia peligrosa.
Pero algunos días se cansa de sus amenazas, y quiere echarlos del autobús, pero no puede y discute y se enfrenta con ellos. Sin darse cuenta, la primera cosa que ha hecho es parar, ha dejado de conducir y ahora no está yendo a ninguna parte. Y además los pasajeros son muy fuertes, resisten y usted no puede bajarlos del autobús. Así que resignado vuelve a su asiento y conduce por donde ellos mandan para aplacarlos.
De esta forma, para que no le molesten y no sentirse mal usted empieza a hacer todo lo que le dicen y a dirigir el autobús por dónde le dicen para no tener que discutir con ellos ni verlos. Usted hace lo que le ordenan y cada vez lo hace antes, pensando en sacarlos de su vida. Muy pronto, casi sin darse cuenta, ellos ni siquiera tendrán que decirle “gire a la izquierda”, sino que usted girará a la izquierda para evitar que los pasajeros se echen sobre usted y le amenacen.
Así, sin tardar mucho, empezará a justificar sus decisiones de modo que casi cree que ellos no están ya en el autobús y convenciéndose de que está llevando el autobús por la única dirección posible. El poder de estos pasajeros se basa en amenazas del tipo “si no haces lo que te decimos, apareceremos y haremos que nos mires, y te sentirás mal”. Pero eso es todo lo que pueden hacer.
Es verdad que cuando aparecen estos pasajeros, pensamientos y sentimientos muy negativos, parece que pueden hacer mucho daño, y por eso usted acepta el trato y hace lo que le dicen para que le dejen tranquilo y se vayan al final del autobús donde no les pueda ver.Compartir
¡Intentando mantener el control de los pasajeros, en realidad ha perdido la dirección del autobús! Ellos no giran el volante, ni manejan el acelerador ni el freno ni deciden dónde parar. El conductor es usted. Que no decidan tus pasajeros por ti”.
Unas ilustraciones que definen la dificultad de lidiar con ello
Los problemas de ansiedad y depresión son compartidos por millones de personas en el mundo. A pesar de esto, muchas veces nos topamos con una gran incomprensión y en enorme tabú alrededor de ello y de las personas que lo padecen.
Por eso, el artista Nick Selçuk plasmar en una tira de cómic la dificultad de lidiar con estas patologías. Así acerca de una manera sencilla la oscura realidad que vive una persona con problemas mixtos de ansiedad y depresión. Este dibujante le da un toque de superación y de comprensión a sus viñetas que puede resultar positivo para algunas personas.
Debe quedarnos claro que no es plato de gusto padecer estos problemas. Tampoco es una elección ni es sinónimo de debilidad. Por eso, en este sentido siempre debemos partir de la base de que la depresión y la ansiedad:
- No nos definen.
- No se deben entender como defectos.
- Tienen que comprenderse desde la relación que establecemos con estas afectaciones.
Debemos eliminar la concepción de las personas con problemas ansioso-depresivos como individuos vulnerables y débiles y dejar de pensar que somos culpables.Compartir
Es importante que nos concienciemos y dejemos de hacer leña del árbol caído. Las personas con problemas necesitan afecto y comprensión, así como la oportunidad de contactar con un profesional y manejar así con coherencia las disfunciones emocionales de las que son presa.
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