Una de las señas de identidad de Casarabonela es el agua. Su abundancia permite los
cultivos de regadío, movía los molinos de harina e incluso servía para producir
energía para una pequeña central eléctrica y por supuesto para saciar la sed de
todos sus vecinos y visitantes que por estas tierras pasaban. Una de las muchas
muestras que al respecto existen son la del escritor rondeño Vicente Espinel y el
marqués Astolphe Custine. Podemos destacar la calidad de sus aguas.
Debido al
número de caños y fuentes que existen en este pueblo cabe darles la importancia que
se merecen e ir mencionándolas una por una.