El país del sol
Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro ?
(¡Oh, cruel, horrible, destierro!)?
¿Cómo es que tú, hermana armoniosa, haces cantar al cielo gris,
tu pajarera de ruiseñores, tu formidable caja musical? ¿No te entristece recordar la primavera en que
oíste a un pájaro divino y tornasol
en el país del sol?
En el jardín del rey de la isla de Oro ?
(¡oh, mi ensueño que adoro!)?
fuera mejor que tú, armoniosa hermana, amaestrases tus aladas flautas, tus sonoras arpas;
tú que nacistes donde más lindos nacen el clavel de
sangre y la rosa de arrebol,
en el país del sol!
O en el alcázar de la reina de la isla de Plata ?
(Schubert, solloza la Serenata...)?
pudieras también, hermana armoniosa, hacer que las místicas aves de
tu alma alabasen,
dulce, dulcemente, el claro de luna, los vírgenes lirios,
la monja paloma y el cisne marqués.
La mejor plata se funde en un ardiente crisol,
en el país del sol!
Vuelve, pues a tu barca, que tiene lista la vela ?
(resuena, lira, Céfiro, vuela)? y parte, armoniosa hermana, a donde un príncipe bello, a la orilla
del mar, pide liras, y versos y rosas, y
acaricia sus rizos de oro bajo un regio y azul parasol,
en el país del sol!
Rubén Darío
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