Conciencia
Tus ojos, dos secretos que me observan. Mas, ¿qué dolor es éste que en mi frente tan pálida, parece algún lunar? Si están los astros pocos, si la muerte echó la puerta, si las hojas secas en viento malo al rato se convierten, si cruje ya el paisaje y van los muertos en busca de las gotas de la fiebre, yo sé que estás adentro, horrorizada. Conciencia que te aferras a mi suerte y abrazas fuertemente a mi existencia, no sé qué hacer contigo pues me dueles con un dolor sin pausa de pregunta.
La tarde cae fría y muy terrestre. Mi nombre lloran pájaros azules. Melancolía, deja de morderme.
Delfina Acosta
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