Es larga la tarde como el camino curvo hasta tu casa por donde regreso arrastrando los pies hasta mi cama sola a dormir con tu olor engarzado en mi piel, a dormir con tu sombra.
Es larga la tarde y el amor redondo como el gatillo de una pistola me rodea de frente, de lado, de perfil. El sueño pesa sobre mis hombros y me acerca de nuevo a vos al huequito de tu brazo, a tu respiración, a una continuación infinita de la batalla de sábanas y almohadas que empezamos y que pone risa y energía a nuestro cansancio.
Gioconda Belli
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