El mendigo
Algo se muestra claro, nítido: Pedir. He de pedir. Aprenderé a pedir. Mi oración arrancará de Dios mi persona. Mi figura será revelada por mi oración. Sin que las figuras del retablo colaborasen
para salir al alba,
¿salieron al alba? Como las figuras salí. Del mismo modo que las figuras que trabajó otra
mano y dibujó la luz, yo salí sin mí a mí. Solamente en la oración trabajo mi persona
y fraguo mi figura. El mendigo soy. Sólo soy cuando extiendo
mi mano a tu dádiva. Como el mendigo, mi tarea es pedir. Pediré habitar en la casa de
Yavé todos los días de mi vida.
Francisco Pino
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