Ciudadano ocasional
Admito hace tiempo que una ausencia viene anunciándose
a sí misma, gestos de mínimo romanticismo en la unanimidad de las pupilas.
Me abandono a la emoción de sentirme solo, ávido de distancias y nuevas ciudades.
Si pudiera sorprenderme con la mirada de otros ojos declararme neutral o simplemente un
ciudadano ocasional, no indagaría su nombre en los libros de
Joaquín De Montezuma en las flores que no han perdido sus
pétalos después del otoño.
Esa noche estaba resuelto, no habría para nosotros esa versión
inteligente de los amantes.
Pablo Cassi
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