En el café
El piano
que gruñe metido en un rincón le muestra la dentadura a los que le pasan junto. La bomba eléctrica evoluciona su luz en el espejismo de mis uñas y desde la mesa donde una copita vacía finje burbuja de aire solo -a grandes sorbos- bebo música. En neblinas de vapor van pasando ante mis ojos los sopores de Asia... Siento que anda por mi sangre el espíritu de las uvas del Mediodía... y cuando los alambiques de la orquesta dejan de filtrar el alma ebria -que le da por tornasolarse en el azul de los sueños- se interna por la callejuela tortuosa de un cuadrito colgado a la pared.
Luis Vidales
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