Arzobispo Oscar Romero
El cantautor Rubén Blades escribió una gran canción inspirada en la vida y martirio de este gran profeta de nuestros tiempos. ‘El Padre Antonio y su Monaguillo Andrés’ es salsa triste, lamento y júbilo, réquiem y acción de gracias por la vida de un hombre que se puso del lado de los indignados, el ‘99%’ de la humanidad. Este poema cantado es un homenaje al espíritu noble de un siervo de Dios que vivió hasta las últimas consecuencias su compromiso con los pobres.
‘Al padre lo halló la guerra un domingo de misa,
dando la comunión en mangas de camisa.
En medio del padre nuestro entró el matador
y sin confesar su culpa le disparó.
Antonio cayó, ostia en mano y sin saber por qué
Andrés se murió a su lado sin conocer a Pelé;
y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez
estaba el Cristo de palo pegado a la pared.
Y nunca se supo el criminal quién fue
del Padre Antonio y su monaguillo Andrés.’
Oscar Romero es la iglesia militante, consciente de la historia, comprometida en la transformación del mundo, que afirma la vida, la justicia y el amor como valores no negociables en una sociedad civilizada. En sus palabras encontramos fuerzas: ‘No nos cansemos de predicar el amor; esta es la fuerza que transformará al mundo’.
En esta fiesta de Domingo de Ramos recordamos la marcha de los indignados encabezada por Jesús, y también recordamos la memoria de Oscar Romero santo patrono y mártir de los indignados. No trivializamos este día, sino que restauramos su profundo significado en la vida de nuestra comunidad.