Siempre me acuerdo de ti, pero hoy especialmente. Pues más que nunca necesito tu cálida mano apretando la mía cuando me veías decaer.
Tu sabes que te tengo siempre presente, es más, estás conmigo, me acompañas, siento tu mano grande y calida extrujando con cariño la mia.
Te añoro fisicamente pero en espiritu te tengo a mi lado, porque tu nunca me has dejado.
Fuistes el padre mas bueno del mundo, tu enseñanza, tu sabiduría de gran filosofo, poeta y pensador me la inculcástes desde mi más corta infancia. Cuando me hacías recitar subida en la mesa poemas de Machado y Rubén Darío;
Anoche cuando dormía soñé, !bendita ilusión!
Que una fontana fluía dentro de mi corazón....
O
La princesa está triste,
¿que tendrá la Princesa?
Tantas y tantas cosas......me enseñastes a ser persona.
Jamás te podré olvidar y para mi no te has ido, porque te sigo llevando dentro de mi y estarás en mi hasta que un día vuelvas a cogerme con tu fuerte y calida mano y vaguemos eternamente por un mundo de poesía y belleza.....
Recuerdo que en los últimos momentos, cuando yo curaba tus heridas y aseaba tu cuerpo, me acariciabas la cabeza y me llamabas "tu ángel".
Yo lo hacia con todo mi amor, como debe hacerse con el ser que te ha dado la vida.
El que no lo hace por sus padres no merece llamarse hijo. Lo hice por tí, por mamá y hasta por la tía Gloria. Pero tú eras tú: un hombre excepcional. Cuanto te echo de menos y hoy mucho más.
Eras un hombre autentico.
UN HOMBRE DE VERDAD.
Gracias padre por darme la vida.
¡TE QUIERO!
Tu hija Amalia