Este jueves, dos integrantes de la Selección Colombia Sub-17 de fútbol femenino, acudieron a la Fiscalía General de la Nación con el fin de denunciar a Didier Luna, director técnico y a Sigilfredo Alonso, preparador físico del equipo.
Los hombres fueron acusados por presunto acoso sexual y laboral.
Según las versiones de las mujeres, una de ellas menor de edad, los hechos se presentaron durante las concentraciones previas al Mundial de Uruguay en noviembre de 2018.
Según La Liga Contra el Silencio, la denunciante que ya es mayor de edad reveló que el acoso comenzó con comentarios sobre su aspecto físico pero que después de un tiempo le dijo que “quería tener algo conmigo y que podía llevarme a cosas muy grandes en el fútbol”.
Al no acceder a las propuestas del hombre, la joven afirma que fue sobrecargada de trabajo y que en las reuniones que se realizaban, no se le permitía hablar, además que constantemente era víctima de fuertes gritos.
Según las declaraciones, la jóvenes revelaron que Luna “tenía ciertas actitudes con las niñas, como cogerles la cola (nalgas), intentar besarlas, escudándose debajo de una figura paternal. Un chantaje psicológico por el cual muchas de ellas no han hablado todavía”.
Por otro lado, manifestaron también haber recibido amenazas telefónicas desde números desconocidos que aseguraban que debían tener cuidado pues iban a enviar personas muy importantes a la Federación Colombiana de Fútbol a averiguar quién puso la denuncia.
Al ser menor de edad, el padre de la joven tuvo que ser quien pusiera la denuncia ante la Fiscalía.
Al conocer de la denuncia, Isabella Echeverri y Melissa Ortiz, jugadoras de la selección Colombia femenina, reaccionaron a través de un video en redes sociales en el que dieron a conocer los abusos que ellas también han padecido.
“Buscamos visibilidad, crear conciencia de lo que en realidad vive la mujer futbolista. Solo se nos muestra cuando vamos a un Mundial o a los Olímpicos”, sostuvo Echeverri.
Además, revelaron las dificultades que vivieron con la Federación; entre ellas se encuentra el hecho que intentaron venderles su propia camisa, no les pagaban ni les daban vuelos internacionales y los uniformes eran viejos.
Hasta este momento la Federación Colombiana de Fútbol no se ha pronunciado ante ningunas de las acusaciones.