Aunque la práctica de honor a divinidades y personajes ilustres, como los emperadores y guerreros, lanzando flores y mediante la creación de composiciones de flores es antigua y sin fecha, se cree que el arte de crear mosaicos de flores en las calles pudo haber comenzado en Roma en 1.625, cuando Benedetto Drei y su hijo Peter, utilizaron pétalos de flores para adornar la basílica del Vaticano el día de los santos de Pedro y de Pablo, los patronos de Roma.
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