No pudiste entender, no comprendiste
que era un amor final, desesperado,
ni intentaste arrancarle de tú lado
cuando con duro corazón me heriste.
Lloré tanto aquel día que no quiero
pensar que el mismo sufrimiento
espero
cada vez que en tu vida reaparece
ese amor que al negarlo te ilumina.
Tu luz es él cuando mi luz crece,
tu solo amor cuando mi amor declina.
TE DIGO ADIOS, AMOR, Y NO ESTOY TRISTE
(R. Alberti ).