Gran parte de su obra no ha llegado hasta nosotros porque fue destruida, pero aun, así a día de hoy se conservan algunos de sus más célebres encargos que pudieron publicarse gracias al favor del Conde Duque. En lo que respecta al teatro, escribió autos sacramentales para las fiestas del Corpus en Sevilla —La puerta de la Macarena y La cuesta de Castilleja— entre 1641 y 1645 y dos comedias: El conde Partinuplés, una obra ambientada en el mundo medieval y Valor, agravio y mujer, donde la autora reinterpreta los temas que afectaban a las mujeres, eligiendo siempre un final feliz lejos de los dramas de honra de Lope de Vega o Calderón, y siempre haciendo hincapié en el papel que ocupaba la mujer en el barroco.
Probablemente, falleció por la epidemia de peste en Sevilla el 6 de noviembre de 1652, siendo su entierro uno de los más costosos de la época. Todo para conmemorar la marcha de una de las escritoras andaluzas más importantes de la historia de la literatura.