LA DAMA DEL LAGO
Me encanta nadar oyendo música cuando estoy sola en el lago. Pongo
una cinta especial, momentos antes de que suene un vibrante solo de trom-
peta. Corro por el embarcadero, me quito la ropa y me lanzo al agua. Me
muevo lo suficiente para permanecer a flote sin hacer ruido alguno, y sien-
to el agua como seda cálida marrón que cubre mi cuerpo mientras el solo
llena la atmósfera y se pierde en los cedros que rodean el lago. La combi-
nación de música, agua y el descarado placer de no llevar puesto nada más
que unos pendientes y laca de uñas me proporciona un bienestar tan pro-
fundo que su recuerdo me hace resistir en lo más duro del invierno.
"A la larga, lo que afecta tu vida de manera más profunda
son cosas demasiadopara hablar de ellas. "